¿Estamos en la puerta de una recesión mundial? Es lo que varios analistas se están preguntando. Si observamos lo que sucede en Europa, es realmente preocupante. Comenzamos con Grecia e Irlanda; luego les siguió España y los indignados y su falta de trabajo; ahora las miradas están puestas en Italia con el 120% de endeudamiento con respecto a su PBI; y, por último, la frutilla del postre: Estados Unidos, su terrible deuda y déficit está llevando a varias calificadoras a amenazar con bajar la nota de su deuda. Sólo China y Alemania empujan la economía mundial con su crecimiento, pero hasta cuándo serán motores de compensación de este flagelo que están viviendo la mayoría de los grandes países de Europa y Estados Unidos.
Lo que sucede en Europa nos sucedió a los argentinos y ya sabemos dónde termina esto. No sirven las políticas de ajuste hacia países que ya están en recesión, con una tasa de desempleo que sigue creciendo, ya que dan por resultado más recesión e indigencia, volcando a las multitudes a las calles pidiendo clemencia y dignidad además de un futuro previsible y con trabajo.
Esto termina en un default generalizado y junto a una recesión mundial, todos caeremos ya que las bolsas del mundo se desplomarán sistemáticamente.
La política que hoy aplica la Unión europea no hace más que echar leña al fuego y pronto se darán cuenta de ello. Hay que tratar de impulsar desde el Estado nuevas fuentes de trabajo y subsidiar a las personas que se encuentren fuera del ámbito laboral para que vuelquen ese dinero al consumo básico para que la rueda del consumo/crecimiento vuelva a funcionar. Comprar miles de millones de euros o dólares en Bonos soberanos es un despilfarro de dinero que puede aplicarse a crear más trabajo y hacer mover la rueda una vez más para salir de esta terrible depresión que hoy vive Europa y Estados Unidos.
Conclusión
¿Con las inyecciones inmensas de dinero que tanto Estados Unidos y la Unión Europea volcaron a los mercados qué se consiguió? De los objetivos proyectados ¿cuáles se cumplieron?
Tal vez lo mejor hubiera sido declarar un default y volver a las monedas de origen, de esta manera los países podrían manejar de forma independiente sus monedas y manejar las tasas para controlar los excesos e inflación.
Los países que lo hicieron se encuentran hoy en inmejorable situación. Pero esta reforma e independencia de la Comunidad tiene que ser auditada por un ente de control para que se haga en forma prolija y consensuada por los países en cuestión.
Hernán Brito
Asesor financiero bursátil
Director fundador de Think Business
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