Supongamos este escenario:
Usted, hombre de familia, posee un ingreso de $ 6000 netos y su esposa uno de $ 4500. Entre ambos suman $ 10.500. Como a todo argentino, lo corre la inflación que pareciera nunca acabar.
Seguramente alquila un departamento de 2 ambientes y paga alrededor de $ 1500 más expensas qué, según la zona, varían entre $ 250 y $ 500.
Un 2 ambientes bien ubicado y en buen estado en Capital Federal se acerca a los U$S 65.000 o más y el porcentaje que adquiere el propietario se acerca apenas al 6,7% de renta anual, siempre y cuando no aparezcan arreglos de los cuales tendrá que hacerse cargo en cada renovación del alquiler si cambia de inquilino. Este es un porcentaje muy bajo en relación a la media que se obtenía hace años, cercana al 10%.
Entonces, podemos decir que es un mal negocio para el propietario pero sí un buen negocio para el que alquila. En este caso, analizando los ingresos de la familia arriba detallada, podemos asegurar que es un “gran negocio” para el inquilino.
Analicemos: esta familia posee ingresos por $ 10.500; sus gastos fijos contando alquiler, expensas, cable, telefonía, gas, luz, colegio privado de los chicos (estimado en $ 400 por cada uno) y algún otro gasto que se nos escapa, tendríamos un total de $ 4000. Recordemos que no estamos considerando el consumo del supermercado.
El resto del dinero cada persona sabrá a donde lo destinará ya que cada familia es un mundo totalmente diferente. Pero, seguramente, al menos $ 1200 o u$s 250 podrían ahorrar tranquilamente.
Vayamos al caso de que esta familia, como muchas que se cansaron de alquilar, decide comprar a través de un crédito hipotecario. Tiene visto un departamento de 3 ambientes a un costo de u$s 100.000. La familia tiene ahorros por u$s 30.000 y necesita u$s 70.000, más gastos de comisión inmobiliaria y gastos de otorgamiento del crédito hipotecario, para comprar dicha propiedad.
En este caso, es probable que la cuota se acerque a los $ 3500 o más, calvario que tendrán por 20 años. Por más que me diga que la inflación equilibra la tasa a pagar, lo que no estamos notando es que, el departamento que cuesta u$s 100.000, lo terminará pagando unas cuantas veces más.
Primera conclusión
¿Prefiere usted vivir “ahorcado” por unos largos años y pagar un departamento de u$s 100.000 unas cuantas veces más de su valor? Piénselo bien. Dicha propiedad, después de 20 años, ¿valdrá u$s 300.000? Me pregunto, ¿quién es el que gana en esta operación?
Siempre es el banco, que tiene todo el tiempo del mundo para esperar. Le presta a usted u$s 70.000 que se convierten en u$s 200.000 en 20 años. Y, le pregunto: si usted lleva un plazo fijo de $ 1.000.000, ¿qué tasa le paga el banco? Como mucho un 13% mientras que, ante un préstamo hipotecario, le cobra un 25% anual. ¿A usted no le gustaría ser el dueño del banco?
Segunda conclusión
Siga alquilando, ahorre dinero, siga disfrutando, dese los gustos, no se endeude, viva la vida y olvídese de los problemas.
Ah, no se olvide, haga trabajar el dinero ahorrado, que nunca se quede quieto. Al colchón, déjelo. Busque, existen distintas opciones de inversión para todos los gustos. Seguramente habrá opciones que le proveerán el departamento en mucho menos tiempo y al costo.
Consúltenos, podemos ayudarlo.
Hernán Brito
Asesor financiero bursátil
Director fundador de Think Business
Asesor financiero bursátil
Director fundador de Think Business
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