viernes, 27 de mayo de 2011

Economía Argentina: ¿Por qué nos cuesta hacer las cosas bien?

En notas anteriores, detallamos el buen desempeño de la economía Argentina entre los años 2004 a 2007. Con un dólar planchado, inflación cercana al 6%, importante superávit fiscal, reclamos salariales de acuerdo con las pautas inflacionarias, consumo sostenido, gasto público moderado y controlado. Todo esto nos daba un incremento del PBI a tasas chinas. Un gobierno dispuesto a mantener estas variables a toda costa, manteniendo la estabilidad y el crecimiento.

¿Qué cambió del 2007 a hoy?

La pelea del gobierno con el campo marcó un antes y un después. ¿Era necesaria? ¿Cuáles fueron sus pros y contras? Si le agregamos la recesión mundial y las hipotecas subprime en un mercado mundial cada vez más globalizado y las peleas con los empresarios y las extorsiones de los sindicatos más poderosos, hacen de todo esto un manejo demasiado complejo de soportar.

Hoy está todo más complicado, difícil de manejar y dirigir hacia una salida elegante, hacia un país previsible, con reglas claras y con un proyecto que nos inserte definitivamente en el lugar que nos merecemos todos los argentinos.

Ahora bien, ¿por qué no podemos consensuar y sentarnos a construir un país serio en vez de confrontar continuamente con la oposición? ¿El gobierno maneja todo desde el poder? Y, si no tiene ese poder ¿no puede gobernar? Con respecto a la inflación, el gobierno ¿puede y no quiere bajarla, o, no puede pero quiere? Además, privar la libertad de expresión mediante bloqueos en un país que se dice democrático: ¿cuál es la lectura? ¿Es necesaria esa terrible pelea diaria del gobierno nacional con el gobierno de la ciudad?

Estas y muchas otras preguntas nos hacemos gran parte de los argentinos que vemos cómo los políticos viven peleándose por todo, mostrando constantemente sus miserias a cualquier costo y con métodos que nos parecen imposibles para la época en que vivimos.
Argentina está conformada por “todos los 40 millones” de habitantes. Tenemos que estar unidos para crear una nación fuerte y con proyección para desarrollar nuestro potencial que es inmenso.

¿Somos nacionalistas?

Me parece que muy poco, somos un país que mira siempre el cortoplacismo, donde cada uno lucha por cuidar su “quintita”. El pensamiento individual es el siguiente: “hoy estoy bien, mañana veré que pasa”. Así somos la gran mayoría de los que vivimos en esta tierra maravillosa.

Se puede cambiar, siempre se está a tiempo pero, el ejemplo empieza siempre  arriba. Nuestros gobernantes deberían mostrarnos unión en las políticas y un proyecto país que nos instale como una gran nación.

Hernán Brito
Asesor financiero bursátil
Director fundador de Think Business
thinkbusiness.asesoramiento@gmail.com

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