La nueva norma impuesta por la UIF dice lo siguiente: "Quienes compren o vendan Acciones o Títulos públicos por montos mayores a $ 40.000 deberán presentar de ahora en más una declaración jurada sobre el origen y la licitud de los fondos y los Agentes de Bolsa deberán presentar dichas declaraciones de sus clientes en un plazo de 30 días".
Convengamos que el monto de $ 40.000 es muy bajo ya que en la Bolsa Argentina un gran porcentaje de clientes y traeders operan con dichos montos y, con esta normativa, los limita a no operar o estar controlando a cada rato el monto de sus operaciones para no pasarse del límite.
Otros clientes que manejan montos cercanos a los $ 100.000 hoy ya no operan, por ende, del lado de la compra, casi no hay órdenes. Como todos sabemos los mercados se mueven por la fuerza de la oferta y la demanda y con este escenario sólo vemos gente del lado de la venta buscando otras alternativas financieras para invertir.
Quizás el único refugio, en donde se pueden hacer grandes diferencias y con montos más reducidos que el de las acciones, son las opciones, aunque sólo 4 ó 5 acciones tienen fluidez en dicho instrumento: GGAL, TS, TPPC, TECO... y dejemos de contar.
Qué provoca esto? En Argentina el mercado de valores es muy pequeño y encima lo ponen controles a operaciones de U$S 10.000 ($ 40.000) para controlar el lavado de dinero. Yo le pregunto: a Ud. le parece que una persona que tenga entre $ 40.000 y $ 70.000 está lavando dinero? o sólo es una regla para conformar a organismos internacionales de control de lavado de dinero?
Me pregunto y le pregunto: por qué no controlan cómo y dónde tienen que controlar? Mientras tanto, el Mercado de Valores tiene que pagar con esta regulación de montos insignificantes.
Hernán Brito
Asesor financiero bursátil
Director fundador de Think Business
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